Tras un periodo de 60 años de reyes españoles en Portugal, en 1640 el Duque de Braganza se rebela contra la Corona Española y, con ello, se inicia la Guerra de Restauración, un largo conflicto bélico entre los países vecinos que convirtió a Extremadura en campo de batalla. Una época en la que se marcará el declive social y económico de la región.
Esta guerra será crucial en tierras extremeñas. El cambio de las tácticas de guerra, con el uso generalizado de la artillería, provoca un cambio en las defensas: surgen las fortificaciones abaluartadas, tanto en territorio portugués como en el español (Valencia de Alcántara, Alburquerque, Badajoz, Barcarrota…) Además, las necesidades económicas provocan la construcción de una Fábrica de la Moneda en Trujillo. El clima social cambia radicalmente: surgen los ‘quintos’, el sorteo para el reclutamiento militar y, en este ambiente belicoso, la presencia de militares en todas las localidades extremeñas es constante, con los consiguientes conflict