El emperador Carlos I, después de una intensa vida, eligió Extremadura para pasar sus últimos días. En el Monasterio de Yuste fijó su retiró, lo que implicó un viaje de meses y numerosos contratiempos. Además, el cortejo imperial trajo numerosos artistas e ingenieros, además de a 'Jeromín', el hijo ilegítimo del emperador y futuro Juan de Austria, que capitaneó las tropas cristianas en Lepanto. También recordaremos la figura de Diego García de Paredes, 'el Sansón extremeño' o de Álvaro de Sande, que llegó a ser capitán general del Estado de Milán.