Lola Camacho es de Badajoz y vive su jubilación de manera activa. Cuando era joven estudiaba por las noches porque también tenía que atender a sus cinco hijos. Gracias a su tesón se labró un buen futuro profesional, como ella quería y ahora, con todo el tiempo por delante, ha descubierto muchas aficiones. Eugenia Arroyo es informática y trabaja en Cáceres. Desde pequeña le gustaban los ordenadores y le fue fácil decidir que estudiaría esta carrera, donde la mayoría, todavía, siguen siendo hombres. Sin embargo, ella nos desvela que en esta profesión la mujer tiene mucho que decir. De su mano nos adentraremos en los planes de igualdad que ya tienen muchas empresas. Eugenia se siente muy comprometida con la igualdad entre hombres y mujeres y convencida de que hay que emplearse a fondo para conseguirla. Almudena Grande dejó su profesión de peluquera por problemas de espalda y ahora es ama de casa, algo de lo que presume. Nos cuenta cómo es su día a día ejerciendo una labor