El Valle del Alagón, que es más vega que valle, lo debe todo a su río. Le debe su nombre, su suelo, su topografía y su medio de vida. Coria, su capital, es el centro de gravedad. Centro geográfico, religioso y económico. Punto de anclaje por el que pasan sus ejes de comunicaciones. Una ciudad añeja y con historia, que se contrapone a planteamientos más modernos, fruto del racionalismo. Y el convento de El Palancar, lugar de retiro y oración de San Pedro de Alcántara.