Tierra de Barros, o lo que es lo mismo, esa parte de Extremadura dotada de una belleza singular fruto del color de su tierra, y de un paisaje cargado de vides y olivos.
Una tierra con historia que desde antiguo supo ver en estas tierras rojizas el sostén de toda la comarca. Agua, tierra y cultivo son sus signos de identidad.
Y la acción humana que todo lo modifica, levantó iglesias y castillos, y construyo presas para amansar las aguas que irrigan estos campos, porque agua y tierra son padre y madre de esta extensa zona extremeña.