Artista de tesoros aparentemente fugaces como estrellas, pero consistentes como los materiales más caros; obra de pintor y escritor, poeta experimental y poeta profundo, hondo como un pozo, el de sus sucesivas vivencias y crisis. Obra de poeta medio, desde la juventud a la vejez. De hombre insólito, sin vanidad, dichoso en el anonimato, leído y viajero, a la búsqueda de una Itaca que se llamó Hervás, tras recoger los cantos de sirena de ciudades invisibles o sonoras como Salamanca, Derry, Pisa o Florencia: un lento artesano de su propia paz, aún a la búsqueda de las profundidades.