Es bien cierto que la cigüeña blanca es un ave muy conocida en nuestros paisajes. En cierto sentido, se puede decir que ha establecido con nosotros una relación que podríamos llamar casi de simbiosis. Y es que aquí, las andanzas del ser humano y la propia y asombrosa adaptabilidad del animal crean unas condiciones ideales: para ambos es beneficioso tenerse cerca... Entonces ¿por qué últimamente parece molestar su presencia?