Un sábado de primavera, en el transcurso del día, mayores y jóvenes disfrutan de una jornada particular entre la vegetación atlántica y la mediterránea y los suelos básicos y neutros. A mirar y fotografiar orquídeas. Una familia botánica con un sinnúmero de seguidores, por afición naturalista, por el placer de retratarlas, por una conjunción de ambos atractivos o por dedicarse a cuidarlas. Un pasatiempo excepcional que comenzó en estas tierras gracias al empeño de naturalistas que convirtieron su pasión por las orquídeas en un recreo para los sentidos de sus paisanos...