Hoy vemos un hermoso lugar para un paseo, muy cerca de la ciudad de Cáceres, una esquina de naturaleza a la que asomarse cualquier tarde. A algunos les parecería bello, a otros trivial, pero sólo unos pocos informados entenderían lo que fue, y, al recordarlo, se acercarían a la dimensión que tuvo. Porque este no era un espacio cualquiera. Hubo un tiempo, impreciso y atemporal, pero ancestral, en que fue lugar de culto, respeto y veneración por su relación con fuerzas sobrenaturales: lugar, pues, sagrado, “paisaje sacro”.