Ya en ruinas, décadas después de haber servido como campo de concentración, el cortijo de los Arenales, muy cercano a Cáceres capital, fue convertido a principios del siglo XXI en un hotel de lujo. Al otro lado de la ciudad, la antigua cárcel provincial, avanza hacia la ruina. AMECECA, la Asociación Memorial en el Cementerio de Cáceres, reivindica el lugar como un Espacio de Memoria, tras conseguir por unanimidad su aprobación por el Consistorio.