Ambos, ser humano y caballo son fruto de una evolución natural y en el caso del animal, también de una selección artificial, producto de un arte o de una técnica. La relación ha sido, desde antiguo, fructífera, en especial para el ser humano. Florecen ahora espacios donde los vínculos no admiten excesos ni la supremacía. "Humanidad y caballos" en El Lince con Botas 3.0