El dolmen de Guadalperal no está solo en su tumba líquida. En el mismo curso del Tajo, otros pantanos han inundado más vestigios de las primeras culturas que realizaron grandes obras arquitectónicas... Cinco mil años atrás, o aún antes, un fortísimo sistema de creencias empujó su construcción, el esfuerzo casi titánico de labrar, mover y armar sus grandes piezas pétreas. Y en 1925, hace apenas el soplo de unas décadas, fue excavado y sacada a la luz la impresionante estructura. El dolmen queda al descubierto como nunca en el verano de 2019 y se llena de visitantes hasta que el agua vuelve. Los expertos nos cuentan su intensa historia.