Victoria Carolina, que así la bautizaron, nació en un frío diciembre de 1820 en Almendralejo. A los 28 años la escritora vive una epifanía personal y literaria en Madrid, en pleno énfasis de su voz poética, ensayística, teatral y narrativa, siempre en especial relación con su tierra natal. Con el tiempo, sucesivos dramas asolarían la madurez de la escritora: la pérdida de dos de sus hijos; la ruina y muerte de su marido; el disgusto inicial por el casamiento de Matilde, su hija superviviente y refugio personal... Su luto riguroso lo vivió en Lisboa. Pero, como ella misma escribió, el genio sin cesar navega...