Cerca de Navas del Madroño, se eleva a 521 metros sobre el nivel del mar el cerro Cabeza de Araya, junto al que discurre la falla Alentejo-Plasencia, un accidente tectónico, un desgarro de la corteza continental de más de 500 kilómetros que atraviesa diagonalmente la península entre el sur de Portugal y las cercanías de Ávila. Cabeza de Araya, un monte isla rodeado de una inmensa penillanura de sierras cruzadas y riberas de agua, humildes, o abundantes como el Tajo. Una elevación a modo de punto geoestratégico, imán para todos los caminos, para todas las gentes que habitaron tanto en su cercanía como en lejanía.