Vecinas y vecinos de un barrio monumental, en Cáceres, Patrimonio de la Humanidad, históricamente habitado, también, por gatos y por muchas aves diferentes. Y también por perros que dan carta de naturaleza a la importancia de convivir con seres nobles y agradecidos, virtudes que les alcanzan para su felicidad. Mirando al cielo y al suelo, la ciudad proporciona numerosos lujos que nunca deberían ser cuerpos extraños. A cambio de la hospitalidad y de poder compartirla con sus animales de compañía, la asociación de vecin@s asume la responsabilidad para que no flaquee su ánimo ni cuando hay que informarse ni cuando hay que concienciar.