Un animal que en nuestra parte del mundo, abandonadas sus labores, ha quedado esquinado como compañero de nostalgias o juguete roto de un campo así mismo desahuciado. Por fortuna para miles de asnos en todo el mundo, una organización nacida en el Reino Unido, el Santuario de los Burros, estimó que no quedaban suficientes defensores de estos animales, cuya prestación al hombre durante milenios no precisa siquiera enfatizarse, y se lanzó a crear refugios semejantes al original en cuatro continentes. Dos de ellos están en España: uno en Fuente de Piedra, Málaga, y, más cerca aún para el Lince con Botas, otro en Bodonal de la Sierra, donde el bosque mediterráneo puede presumir de ser grande y generoso...