Según la Organización Mundial de la Salud, una persona pierde la vista en el mundo cada cinco segundos. Solo en nuestra comunidad más de dos mil extremeños están afiliadas a la ONCE con ceguera o problemas graves de visión. Accidentes o enfermedades congénitas pueden desembocar en la repentina pérdida de visión. La ceguera en adultos supone un mazazo que obliga a cambiarlo todo y empezar de cero. En “Vivir a oscuras” reconoceremos el esfuerzo de personas que han perdido la visión de forma gradual o repentina. Ellos nos enseñarán cómo esquivan a diario los tópicos establecidos para buscar nuevas metas personales. Descubriremos la importancia de la memoria y el orden para ellos. Extremeños que buscan su autonomía e intentan encontrar nuevas pasiones que, a priori puedan estar vetadas a alguien que no ve como el judo, la pintura o la escultura.