Desde la Edad Media hasta finales del siglo XVIII, el hospital no estaba pensado para curar. Administrado por órdenes religiosas, era una institución de asistencia a los pobres. Pero también, de separación y exclusión. Sin embargo, esta forma de entender la hospitalización fue modificándose a lo largo del tiempo hasta llegar al sistema de salud actual, que propone una cobertura universal: cualquier persona que resida en el país o transite el suelo nacional puede recibir asistencia gratuita en los hospitales públicos de todo el territorio.