El valor de la tierra, como espacio y no como negocio, es fundamental para el desarrollo de vida de los pueblos originarios. Por diversas situaciones, miles de tobas tuvieron que dejar su lugar de origen, el monte, para emigrar a grandes centros urbanos alejados de su entorno natural. Este capítulo narra el ser toba, sus conflictos, anhelos y contradicciones en un constante diálogo entre la naturaleza y la vida en la ciudad.