Los gobiernos de Carlos S. Menem y Fernando De la Rúa son los más claros exponentes del neoliberalismo en la Argentina. En nombre de la superación de la crisis económica implementaron el achicamiento del Estado en el convencimiento de que el mercado era el mejor asignador de recursos. Las consecuencias de este modelo fueron la concentración del poder económico en grupos financieros y una sociedad repleta de excluidos y de trabajadores sujetos a la peor explotación y miseria.