Quienes circulan en bici o en moto desafían las leyes de la física y reinventan los espacios transitables. Son rápidos e impredecibles y recorren la ciudad con su propio mapa. Las dos ruedas generan, en el movimiento, una sensación de libertad. ¿Será eso lo que vuelve a los conductores de estos transportes menos respetuosos de las normas viales?