La historieta argentina moderna es impensable sin Héctor Oesterheld, el guionista que cambió el medio para siempre. Cuando se juntó con Hugo Pratt –otro peso pesado– y abordaron ese género, crearon una de las historietas más populares y hermosas: Sargento Kirk. Más tarde llegó Ticonderoga, que afianzó aún más la idea de “héroe grupal” que había nacido con Kirk. Oesterheld y Pratt eran una dupla maravillosa.