Cada uno de nosotros es una particularidad y, ante tanta diversidad, solemos elegir relacionarnos con quienes se parecen a nosotros o con aquellos con los que compartimos algún gusto, alguna pasión. En la medida en que hacemos esto, vamos apartando a otros. De la misma manera funcionan las sociedades: dejando aparte a las minorías. La discriminación es la forma salvaje de los que no pueden tolerar lo diferente en el otro.