Mucho tiempo atrás, hace millones de años, un reptil volador quedó sepultado en el fondo de un valle de San Luis. Diecisiete millones de años después, un Carnotaurus murió cerca del río Limay, en Río Negro. Luego, miles de murciélagos de una especie desconocida fueron cubiertos por cenizas volcánicas en la Patagonia. Para viajar en el tiempo y conocer a estos animales extinguidos, hay que seguir de cerca el trabajo de los paleontólogos, quienes recorren el país en busca de los restos de seres vivos que la Tierra guardó durante millones de años: los fósiles.