Carlos III ordenó construir el Gabinete de Historia Natural, donde hoy se levanta el museo del Prado. En esa época las tropas francesas ocupaban la capital. La mujer del rey, Isabel de Braganza, hizo restaurar el edificio para acoger su colección de arte: y se fundó el Museo Real de Pinturas. Más tarde convertido en el Museo del Prado. Pese a su mal estado, el museo permaneció gracias a la gente.
El Museo del Prado tuvo unos inicios difíciles por el acoso de las tropas francesas y un incendio que casi acaba con sus obras.