En Murcia, cuenta la leyenda que había un niño que se quedaba solo en casa cuando su madre iba a trabajar. Un ratón colorao iba cada día a visitarlo, y le enseñaba canciones y ambos bailaban. La madre se enfadó porque no lo creía. Pero un día al llegar a casa encontró a su hijo leyendo. Él le dijo que le había enseñado el ratón colorao. La madre se escondió, y descubrió que era cierto: un ratón rojo visitaba a su hijo y le enseñaba cosas.