Fred apunta a Precioso a un casting para un anuncio de comida para perros. Durante el primer día de rodaje, su compañero de pantalla, Flupi, desaparece sin dejar rastro junto con su collar de diamantes. Madeleine, la perrita de la Condesa, que resulta ser una vieja compañera de Precioso, sustituye a Flupi en el anuncio. El señor Rubenacker, el amo de Flupi, recibe una nota anónima pidiendo un rescate. Los chicos inician una investigación que no los lleva a ninguna parte, pero mientras, Precioso descubre la verdad, que es a la vez dolorosa y romántica.