Hoy en día, la trashumancia, declarada Bien de Interés Cultural en Aragón, se mantiene gracias al espíritu y trabajo de un puñado reducido de familias. La trashumancia fue un negocio muy próspero, desde la Edad Media hasta el siglo XIX. Gracias al espíritu y trabajo de unas pocas familias, hoy en día se puede mantener este oficio. La familia García Casamayor es el único clan que hace las ‘cabañeras’ en Aragón. Cogen a los cerca de 200 caballos que tenemos y los llevan donde mejor están los pastos. Una trashumancia equina que comenzó Fidel, padre de los cuatro hermanos, hace ya más de 60 años. Dos equipos de Unidad Móvil han acompañado a lo largo de los tres últimos meses a toda la familia en su ardua tarea de llevar a una gran manada de caballos desde un valle a otro del pirineo en busca de buenos pastos. Casi al mismo tiempo que se realizan las Cabañeras, en Terriente (Teruel), Alicia prepara todo para el traslado de 500 vacas bravas hasta su finca de Vilches, Jaén. “Esto no es com