¿Cómo nos comunicamos los aragoneses? El programa ¡Bien Dicho! se recrea en su especialidad: la comunicación. María de Miguel visita Víu (Huesca) para “alparcear” desde el teléfono del pueblo, situado en casa de una vecina a la que le “dan ferrete” cada vez que alguien recibe una llamada. Más complicado lo tienen en Caspe (Zaragoza) para comunicarse con sus “torres visuales”, un invento de las guerras carlistas que se utilizaba para hacerse señas de torre a torre. También desde una torre, aunque de manera sonora, se comunican en Uncastillo (Zaragoza), gracias al “repique” de sus campanas. José Ramón Marcuello aprende a recitar la “mochiganga” en Más de las Matas (Teruel), allí se monta “farra” a pesar del “retastinero” que hace ese día. En Biscarrrués (Huesca) “chuflamos” con el pregonero de la localidad para que se enteren “As chents do lugar”, y en Fuendejalón (Zaragoza) cogemos “capazo” con el cartero, tercera generación de una familia que tiene la comunicación en la sangre.