¡Bien dicho! recorre el perímetro de Aragón para conocer a nuestros vecinos más cercanos y sus palabras. María de Miguel viaja a Camporrélls (Huesca) para conocer a un agricultor entre dos tierras, la que trabaja para cultivar “trunfes”, y la de la vecina Cataluña en la que vive. Allí descubre que la amapola puede llamarse también “ruelle”, “ababol” o “bamperol” dependiendo del lugar donde lo digas. ¡Bien dicho! viaja “de propio” hasta un enclave navarro dentro de Aragón, Petilla de Aragón (Navarra), para jugar al “mus” o al “guiñote” una posible fusión tras comprobar que emplean tantas palabras aragonesas que una conversación con otro navarro quedaría “esbafada”. El programa también conoce a la última habitante de Aragón… antes de llegar a Francia, en El Portalet (Huesca), donde entre “muga” y “muga” nos explican cómo se formó la frontera con este país. En Lituénigo (Zaragoza) ¡Bien dicho! avista tierras sorianas con un tendero “rebordiau” que reconoce el origen de sus clientes po