En medio de una noche tormentosa, Yolanda, Emilio y Carmaux llegan al Castillo de Montelimar donde piden asilo. Alina, la espectral patrona del Castillo, les advierte de la presencia de fantasmas y les conduce por sus siniestros pasillos hasta la habitación en la que durmió el Corsario Rojo en una ocasión. Yolanda cae de inmediato en un profundo sueño, pero Carmaux se siente atraído hacia la cocina por un fuerte olor a comida. Emilio se despierta, descubre que Carmaux ha desaparecido y corre a alertar a Yolanda. Entretanto, Morgan, Mako y Carlitos se apoderan de dos de los caballos de Albert, Jamban y sus piratas y escapan. Durante la persecución, se topan con Wan Guld y pasan un buen rato a su costa. Mientras buscan a Carmaux, Yolanda y Emilio quedan atrapados en una sala, pero gracias al consejo del fantasma del Corsario Negro, se salvan y logran liberar a Carmaux. Los corsarios descubren que Alina y su esposo Alvaro controlan a los fantasmas. Cuando Wan Guld y sus hombres llegan al