Willy Fog y Hans emprenden una nueva marcha por otro corredor con el fin de encontrar agua en algún sitio. El resto del grupo permanece esperándoles. Rigodón y Tico emprenden también la marcha en busca de Willy Fog y Hans, debido a la tardanza de éstos. Willy Fog y Hans han descubierto un río subterráneo y sólo tienen que perforar en la pared con la ayuda de picos. Cuando lo consiguen, les inunda un surtidor de agua hirviendo que pronto se enfría. Aliviados, deciden reemprender la marcha. El profesor toma notas en su cuaderno, y todos avanzan iluminados por sus lámparas y acompañados por aquel río inesperado.