Como todas las semanas, los matones de Catone visitan los comercios de la ciudad para recaudar el "impuesto revolucionario" que Catone obliga a pagar a todos los comerciantes. Pero no se imaginan que el dinero que están recogiendo esta vez ha sido marcado previamente por los Intocables, con el fin de demostrar que Catone está detrás de la extorsión. Así que Elliot Mouse y sus compañeros sólo tienen que esperar a que Catone lo guarde en su caja fuerte para registrarla y mandarle a la cárcel. Sin embargo, antes de que puedan intervenir, la ronda de los gángsters se desvía hasta un circo que ofrece ese día su primera actuación en Cheesecago. El objetivo de Catone no es otro más que extender su "impuesto" a esos recién llegados, robándoles el dinero de la taquilla. Soliviantados por el atraco, el payaso Tom Clown y su trouppe de ratones locos se disponen a vengarse del malvado gángster ofreciéndole una inesperada actuación. Tan inesperada que cuando los