Desde que el Faraón Amenofis y su esposa Nefertiti proclamaron a Atón, dios del sol, el dios único oficial en Egipto, todos los objetos redondos se pusieron de moda en Egipto. Uno de los objetos más redondos era... el balón de fútbol, claro. La fiebre por el balompié llegó hasta los esclavos constructores de las pirámides, quienes durante el descanso de su duro trabajo, disfrutaban jugando espectaculares partidos de fútbol. Como la duración de los encuentros todavía no estaba reglamentada, los esclavos prolongaban el juego para no tener que volver al trabajo. Pero el terrible patrón Tak- Añón, jefe de las obras, no estaba del todo conforme con esta repentina afición de los esclavos de la cantera por el deporte rey. Fue entonces cuando Mac- Pito- Tek, antepasado de Mac, apareció en escena, dictando, no sin alguna que otra polémica, la regla de la duración del partido. El primer trofeo del fútbol egipcio lo disputaron el Real Atón, equipo protegido por el faraón, y el Momias, el equ