Los falsos esclavos de Comodus se quejan de que, mientras Ludicrus trabaje gratis, su jefe nunca les ofrecerá unas condiciones laborales justas. Quieren que Cadius le libere, pero éste asegura que eso es imposible, porque es un regalo de Gluteus, una recompensa por sus méritos como gladiador. Los falsos esclavos de Comodus no creen a Cadius, así que le echan el suero de la verdad en el zumo sin que éste se entere. Vuelven a preguntarle y Cadius les relata la verdadera historia de Ludicrus. Cadius, joven y ambicioso, llega a Roma cuando el predecesor de Gluteus, Julius Imperius, está a punto de nombrar a su heredero. Cadius firma un pacto secreto con Gluteus, uno de los candidatos cuyo peor rival es Deviatus, el padre de Sinus. Cadius promete ayudar a Gluteus a conseguir el trono y, a cambio, Gluteus convertirá a Cadius en Emperador de Cornucopia. Parece sencillo: sólo tienen que matar a Deviatus. Gluteus le encomienda la tarea a su más reciente adquisición: el esclavo Ludicrus. Prueban