Como no puede tener los mejores Juegos de Gladiadores del Imperio, Gluteus decide prohibirlos y envía un inspector a Cornucopia para que vigile el cumplimiento de la nueva ley. Sin su entrenamiento favorito, los cornucopianos se aburren y se deprimen. De hecho, todos los ciudadanos romanos son víctimas de una falta de entusiasmo que deja al Imperio entero en baja forma, algo que pronto observan sus enemigos. Sinus pide a sus hermanos que busquen nuevas actividades para su pueblo. Como es lógico, las clases de baile, el teatro o las carreras no son mas que combates disimulados. Consiguen engañar al inspector, que siempre llega cuando la actividad parece absolutamente inocente. Cuando corre el rumor de que el Imperio se ve amenazado por las diversas victorias de los vikingos sobre los romanos, Sinus decide convertir el Coliseo en un campamento militar y ordena a todos los cornucopianos que se presenten allí para las pruebas de aptitud. Cuando llegan los vikingos para conquistar la ciudad