Para vivir del crimen, para poder aprovecharse de otros, los animales cazadores deben cultivar la observación, el conocimiento, la paciencia. Los cazadores deben conocer el terreno que pisan, pero también la psicología de sus víctimas, también sus costumbres, sus preferencias y sus necesidades. Los animales que sobreviven como predadores deben poseer ciertas dotes psicológicas, además de sus armas afiladas y sus cuerpos esculturales. Sin su intuición, de nada le sirve el armamento.