Los yacimientos arqueológicos se enfrentan a una carrera contrarreloj, amenazados por los saqueos, las guerras y el cambio climático. Los arqueólogos disponen de herramientas extraordinarias para descubrir y realizar excavaciones sin destruir nada. La robótica y la inteligencia artificial están ampliando el campo de los descubrimientos, logrando que los yacimientos hablen como nunca lo han hecho.