Los depredadores submarinos han adoptado medidas extremas para sobrevivir y cazar. Sus cuerpos han sido diseñados y construidos para capturar a sus presas y evitar convertirse en presas. Los peces del arrecife han de ser rápidos para escapar de la barracuda y cautelosos para escapar de la morena. Pueden ser emboscados por el pez león o absorbidos al interior de la boca del pez piedra.