Pese a la negativa de su marido, Guendalina no ceja en su empeño de descubrir el secreto de Lucchesi para desacreditarlo con un escándalo. Un pequeño aliciente hará que Giuliana suelte la lengua ofreciéndole una suculenta información. Corradi le da a Silvia donde más le duele, alejándola de su pequeño, pero su resentimiento con los Prizzi no se quedará ahí afectando directamente a Maddalena.