El suministro de agua potable para más de dos millones de uruguayos genera preocupación, ya que actualmente depende de una única fuente: la planta de Aguas Corrientes. En las últimas tres décadas se buscaron varias alternativas a este problema, hasta que el gobierno anunció días atrás que se aprobó el proyecto Arazatí, que prevé la construcción de una nueva infraestructura en San José para la toma de agua destinada a la población.