Ésta es la realidad, pero si no te gusta, mañana puedes fabricarte otra imitando al periodista gonzo Hunter S. Thompson. Quizás así trasciendas a alguno de los cuatros estados de la materia de los que nos habla Jorge Wagensberg, nuestro pensador de hoy. Vuelve a poner los pies en el suelo con un haiku o una nana de Daniel Higiénico y métete en la cama otra vez.