Hay sitios que no por afamados se amodorran y dejan de crecer. Envuelta en naturaleza, con una arquitectura a la que le da fama su potente Real Palacio, La Granja de San Ildefonso, se convierte, especialmente con la llegada del buen tiempo, en una escapada infalible.Pegada a Segovia y a menos de una hora de Madrid se localiza este destino palaciego, de pedigrí histórico. Lo fundó Felipe V, el primer rey borbónico español. Él y su segunda mujer, Isabel de Farnesio, lo mandaron construir para disfrutar de un verano más refrescante lejos de Madrid, con el tiempo se convirtió en su residencia favorita.De su interior, lo mejor, son sus bóvedas pintadas al fresco, los cuadros y los muebles de los siglos XVIII y XIX.