Las esquelas de cuatro antiguos magistrados aparecen en el periódico de Linares. Nada extraño, salvo por un detalle: esos cuatro hombres todavía no han muerto. Víctor Ros comprueba pronto que no se trata solo de una broma de mal gusto, ya que el primer magistrado de esa macabra lista ha sido asesinado. Mientras tratan de mantener con vida a los jueces, la investigación sacará a la luz la identidad del asesino y, también, el oscuro secreto que ha puesto en marcha esta venganza. Por primera vez en mucho tiempo, Ros cuestionará su fe en la justicia. Pero ésta no será la única dificultad a la que tendrá que enfrentarse. Juana sigue escondida en la pensión tras huir de la partida de El Estepeño; acorralada y temerosa de confesarle la verdad a su hijo, a la vez que intenta ayudar a Víctor a resolver el caso que le ha traído hasta ese pueblo: el oro del Banco de España. Una búsqueda que, por primera vez, pondrá a Ros frente al hombre que está detrás de ese gran robo.