La Brigada recibe una carta para reunirse en casa de Fernando de la Escosura, delegado del gobierno y marido de Clara. Al llegar allí se encuentran a Fernando muerto y a Víctor Ros con las manos empapadas de sangre. La estupefacción de todos es total. Víctor es detenido y llevado a comisaría como presunto autor del asesinato. De camino a la comisaria, custodiado por Blázquez, Ros no recuerda nada. Pero Blázquez, ante la magnitud del asunto, decide que la mejor manera de solucionarlo es que Ros escape fingiendo ser agredido.