El viaje comienza en el pueblo glaciar Grindelwald, Suiza. El entorno único hace de este pueblo un popular destino de vacaciones tanto en verano como en invierno. En la década de 1930, la familia real holandesa también practicaba aquí deportes de invierno. Desde aquí el tren Wengern Alp Bahn (WAB) sube la montaña a través de un paisaje impresionante hasta Kleine Scheidegg, a más de 2.000 metros. Allí hacemos transbordo al Jungfraubahn, que nos lleva a la estación de tren más alta de Europa: el Jungfraujoch a más de 3.400 metros.