La llegada de Pedrito hace que Leonardo no cuente a Bárbara lo que pasó entre Irene y él. Sin embargo, la culpa le puede y se muestra decidido a terminar con la agonía, pese a la oposición de Irene. Por otro lado, Alejo y Bernardo trabajan las tierras y José Luis monta en cólera cuando se entera de lo que están haciendo. La tensión en la Casa Grande es evidente entre padre e hijos. Úrsula sigue haciendo de oreja a Victoria mientras Luisa y Matilde siguen sospechando que alguien en la Casa Pequeña les está traicionando. La hermana de Luisa, Pepa, reaparece con una mala noticia: la han despedido de la casa en la que trabajaba. Úrsula sigue adelante con su plan, y le hace saber a Rafael que después de su boda, se irán con el padre de ella. Por su parte, Adriana se alegra por tener el apoyo de su hermana con el embarazo, y la tensión entre Rafael y ella sigue siendo evidente. Él, herido de amor, le confiesa que si anunció la fecha de su compromiso con Úrsula fue porque ella le amenazó.