Antes de la Revolución Industrial un barco necesitaba casi dos meses para cruzar el Atlántico. Con la llegada de la máquina de vapor el tiempo se redujo a quince días y a mediados del siglo XX el transatlántico más rápido del mundo hacía el viaje en tres días y medio. Luego llegaron los vuelos de pasajeros y con los aviones supersónicos se cruzó el océano en tres horas y media. Cada vez llegamos más lejos y más rápido. Y con tanto trasiego global no sólo importamos y exportamos mercancías y costumbres, sino también enfermedades. tres14 entrevista a Rogelio López-Vélez, médico responsable de la Unidad de Medicina Tropical del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, que nos habla sobre las enfermedades que cruzan fronteras.