Durante mucho tiempo se pensó que el ojo era tan extraordinario que no podía ser fruto de la evolución genética. Se creía que era casi un milagro. Incluso Darwin dijo una vez que la complejidad del ojo le daba escalofríos. Hoy gracias a la genética sabemos que los primeros animales con ojos aparecieron hace 500 millones de años y que los primeros ojos eran simples mecanismos que diferenciaban sólo la luz de la oscuridad. Más tarde, con los primeros vertebrados, apareció el cristalino, la lente capaz de enfocar la luz y hacer que los ojos puedan crear imágenes. La evolución llevó a las aves de presa a ver la luz ultravioleta y a los lagartos a adaptarse a la luz del desierto. Pero todos estos ojos, incluso los nuestros, son variaciones de un mismo ojo primario. Tres 14 entrevista a Elena Barraquer, oftalmóloga y subdirectora del Centro de Oftalmología Barraquer en Barcelona, que nos explica qué sabemos hoy de nuestros ojos y cómo han avanzado las técnicas para corregir sus defectos