La suciedad, los desperdicios, son un producto tan antiguo como la especie humana. Pero nuestro concepto de higiene es joven. Nació en el siglo XVII cuando el holandés, Anton van Leeuwenhoek descubrió, con su microscopio, unos pequeños organismos vivos en los restos que había extraído de entre sus propios dientes. Tras el hallazgo de las bacterias se crearon las redes de alcantarillado, los champús, el papel higiénico, la lavadora¿ un lucrativo negocio basado en que la suciedad ni se vea ni se huela. Históricamente, la mugre ha sido también una cuestión de clase. Los ricos solían ser más limpios y los pobres, los encargados de erradicar la suciedad. Para el hinduismo lo sucio son los intocables, los dalits. Queremos acabar con la suciedad pero no podemos vivir sin ella. Nuestra relación con la suciedad es compleja y, tal vez, hemos ido demasiado lejos en su persecución. Lo hablamos con el profesor de salud pública Antoni Trilla y el microbiólogo Jordi Vila. Los técnicos Román Llagoster